Los compañeros de clase de Jaron, en la escuela primaria Glenhope, no sabían que era daltónico hasta una discusión en clase en octubre. Cuando le pidieron que nombrara su color favorito, Jaron dijo que no lo sabía.
A sus compañeros les sorprendió que Jaron no pudiera ver todos los colores que ellos ven. Así que idearon un plan: Le comprarían unas gafas especiales para daltónicos. Pero primero tenían que reunir el dinero. Las gafas cuestan casi $200.
“Me emocionó que se sintieran inspirados para hacer algo”, dijo Christina Hayes, la maestra de Jaron.
Los alumnos usaron el dinero de su paga y consiguieron que sus padres también contribuyeran. La clase terminó recaudando dinero suficiente para comprarle a Jaron dos pares de gafas: unas para interiores y otras para exteriores.
Le sorprendieron con los regalos el 19 de octubre. Jaron dijo que fue el día más feliz de su vida. Se quedó asombrado de cómo cambió todo en cuanto se puso las gafas.
“No podía dejar de mirar ese rotulador rojo —recordó—. Se veía tan diferente”.
Jaron sigue embargado por la generosidad de sus compañeros.
“No podía creer que hubieran hecho eso por mí —dijo—. Son las personas más amables del mundo”.