Los expertos comparan la IA con un niño que comete errores, pero aprende más todos los días.
“La IA de este año es mucho más inteligente y capaz que la del año anterior”, explicó Lipson.
Por ahora, sugiere que los niños aprendan a usar la IA de forma responsable. Por ejemplo, ChatGPT puede ser útil para aportar ideas. Pero pedirle que te haga tus deberes es hacer trampa. (¡Además, sus respuestas pueden estar equivocadas!).
Lipson predice que, a medida que la IA se vuelva más sofisticada, sus posibles usos serán infinitos.
“Veremos que la IA generará muchas más soluciones a nuestros mayores problemas”, dijo.