La bióloga marina, Chelsea Bennice, formaba parte de un equipo que quería comprender cómo los pulpos utilizan sus brazos para explorar y cazar. Los pulpos no tienen huesos. Sus extremidades están formadas por músculos, lo que les permite doblarse, estirarse y girar en todas las direcciones.
“No hay otro animal capaz de desplegar esta flexibilidad y control extremos con sus brazos”, explicó Bennice.
Para el proyecto del diccionario, unos buceadores filmaron 25 pulpos en seis hábitats, entre ellos a las afueras de la costa de España y el sur de Florida. Tras años de estudiar detenidamente las grabaciones, los científicos identificaron 12 movimientos básicos de los brazos y 15 comportamientos.
“Suelen usar sus brazos delanteros para explorar y los traseros para la locomoción”, dijo Bennice.
La investigación de los científicos no solo sirve para crear un diccionario. También se utiliza para diseñar robots blandos que pueden meterse en espacios pequeños, como hacen los pulpos.
“Investigamos para descubrir más sobre el animal, pero también para aportar a otros campos”, dijo Bennice.