A partir del 13 de abril, todo ese entrenamiento se puso a prueba. El Ride Across California se inició cerca de la frontera del estado con Arizona. Hacía unos 90 grados Fahrenheit. Los ciclistas viajaron 17 millas, la menor distancia de todos los días del viaje.
Los demás días, recorrieron entre 30 y 60 millas, con descansos para merendar algo y comer. Los padres y voluntarios vigilaron de cerca a los niños y se aseguraron de que tenían bastante agua. Por la noche, montaron las tiendas del campamento entre todos. Uno de los recuerdos favoritos de Elsa fue escuchar a Bueker contar historias de fantasmas alrededor de la hoguera. Pero la mayoría de las noches se concentraba sobre todo en descansar.
“Estaba tan cansada —explica Elsa—. Solo deseaba cenar y caer muerta en la cama”.
El mayor reto de los ciclistas se presentó el quinto día de viaje. Tuvieron que pedalear por un tramo de la Ruta 78 llamado Banner Grade, que sube a las montañas.
“Banner Grade son básicamente 6 millas cuesta arriba, y tiene muchas curvas —dice Elsa—. Así que pedaleas un buen rato y piensas: ‘Ay, no, ¿solo he llegado hasta aquí?’”.