Un trabajo en el espacio exterior

Mucha gente va al trabajo en auto, tren o bus. Para llegar a su trabajo, la astronauta Jeanette Epps despegó en un cohete poco antes de las 11 p.m. del 3 de marzo. 

“Fue como una de las atracciones más increíbles de un parque de atracciones”, explicó.

Unas 28 horas más tarde, Epps y otros tres miembros de la tripulación llegaron a la Estación Espacial Internacional (EEI). El gigantesco laboratorio espacial será su “oficina” por los próximos seis meses.

Según Epps, uno de los mayores retos de la EEI es la microgravedad.

La fuerza de la gravedad es mucho menor que en la Tierra, por lo que todo lo que no está atornillado, o amarrado, flota.

“Trabajas en algo, te das la vuelta y ya no está”, dijo.

Sigue leyendo para saber más sobre este lugar de trabajo fuera de este mundo.

^{Nota: Todas las citas proceden de entrevistas con estudiantes y periodistas realizadas en mayo de 2024, a través de NASA Video.}

Los astronautas de la EEI dedican mucho tiempo a hacer experimentos que no se pueden realizar en la Tierra, ¡muchos de estos consigo mismos! El objetivo es comprender mejor los efectos de vivir en microgravedad. 

Epps se extraía sangre con frecuencia para ver cómo cambiaba su sistema inmunitario durante su estancia en el espacio. Este tipo de investigación ayudaría a futuros astronautas a mantenerse sanos en misiones mucho más largas, a la Luna o posiblemente a Marte.

En la EEI no hay noche ni día. Orbita alrededor de la Tierra tan rápido que la tripulación ve salir el sol 16 veces cada 24 horas.

A la hora de dormir, los astronautas se meten en sacos de dormir que están atados a una pared para no flotar mientras duermen. 

“Es extraño no tener un arriba o un abajo, así que te despiertas desorientado casi todos los días”, dijo Epps.

A veces los astronautas salen de la EEI para trabajar en el espacio. En sus caminatas espaciales instalan equipos o realizan reparaciones que suelen tomar unas seis horas. Llevan trajes espaciales que les dan oxígeno, agua y protección contra los rayos nocivos del sol.

Vivir en el espacio puede afectar al cuerpo de formas extrañas, como debilitar los huesos y los músculos. Para seguir en forma, los miembros de la tripulación hacen ejercicio unas dos horas al día. Pero eso conlleva algunos retos únicos. Por ejemplo, los astronautas llevan un arnés mientras corren en una cinta de correr para no salir flotando.