Entrega especial

En septiembre, un extraño recipiente cayó en paracaídas en el desierto de Utah. El aterrizaje de la cápsula marcó el final de un viaje de siete años por el espacio. Los científicos estaban ansiosos por abrirla. ¿Qué había adentro?“

“Hay todo un cofre del tesoro de material extraterrestre”, dijo Dante Lauretta. Es profesor de la Universidad de Arizona y científico líder de la misión.

La cápsula contenía piedritas y polvo de un asteroide de 4,500 millones de años, llamado Bennu. Las muestras son las primeras que la NASA, la agencia espacial estadounidense, ha recogido de un asteroide.

La misión comenzó en 2016, cuando la NASA lanzó la nave espacial OSIRIS-REx. Llegó a Bennu dos años después. En ese momento, el asteroide estaba a 200 millones de millas de la Tierra. La nave espacial pasó otros dos años orbitando Bennu, tomando fotos y buscando el lugar perfecto para recoger muestras.

Finalmente, en 2020, el brazo robótico de la nave recogió cuidadosamente las muestras. Unos meses más tarde, OSIRIS-Rex inició el largo viaje de regreso a la Tierra. Depositó las muestras en una cápsula sellada al pasar zumbando junto a nuestro planeta.

Mucho por aprender

Los primeros análisis muestran que las muestras contienen agua. Los científicos creen que asteroides como Bennu podrían haber chocado con la Tierra hace miles de millones de años, trayendo agua a nuestro planeta. Según Lauretta, es probable que por este motivo la Tierra tenga mares y lagos.

Los responsables de la NASA tienen previsto compartir las muestras de la roca espacial con más de 200 científicos de todo el mundo. También guardarán algunas para que las estudien las futuras generaciones de científicos en Estados Unidos.