Dentro del Titanic

La historia del Titanic comenzó años antes de su primera y única travesía. La construcción del enorme transatlántico empezó en 1909. Durante más de dos años, miles de hombres trabajaron en el barco. Muchos trabajaban seis días a la semana, desde primera hora de la mañana hasta última hora de la tarde.  

Construir el barco más grande del mundo fue un trabajo peligroso. Ocho hombres murieron y más de 200 resultaron heridos. Al final, transformaron miles de láminas gruesas de acero en un palacio flotante. 

Con los dispositivos de seguridad más avanzados de la época, se creía que el Titanic era insumergible. Por desgracia, no fue así. El 14 de abril de 1912, el casco de acero del barco, o armazón, rozó un iceberg. Algunos de los remaches de hierro del barco saltaron y el agua entró a borbotones en los compartimentos inferiores. En poco tiempo, el Titanic ya no se mantenía a flote.  

Echa un vistazo al interior del imponente barco para averiguar más sobre lo que ocurrió la noche en que se hundió.

Llamadas de auxilio

En la sala Marconi, los operadores de radio enviaban y recibían mensajes mediante un aparato llamado telégrafo inalámbrico. Sobre las 10:55 p.m. del 14 de abril, el miembro de la tripulación Jack Phillips (a la derecha) recibió el último de varios avisos sobre icebergs cercanos. Estaba tan ocupado que ignoró la advertencia. 

Cuando el barco chocó con un iceberg, Phillips envió rápidamente pedidos de auxilio a otros barcos. Gracias a él, un barco llamado Carpathia llegó al cabo de unas horas y rescató a cientos de supervivientes. Phillips no era uno de ellos. 

Maurice Savage/Alamy Stock Photo (message); Universal Images Group/Getty Images (Jack Phillips)

Jack Phillips (izquierdo); Un telegrama enviado desde el Titanic pidiendo ayuda a otro barco

Alerta

Esa noche, los vigías del barco, Frederick Fleet y Reginald Lee, se encontraban en lo alto de la cubierta, en una plataforma llamada cofa. Hacia las 11:40 p.m., Fleet avistó un iceberg. Tocó una campana y llamó por teléfono para avisar al capitán y a la tripulación. Pero era demasiado tarde, el Titanic estaba demasiado cerca del iceberg para evitarlo.

Una huida frenética

Al principio, la mayoría de los pasajeros no se dieron cuenta de los daños que había causado el iceberg. Una vez que quedó claro que el barco podía hundirse, la gente subió a prisa a los botes salvavidas. 

Pero muchos pasajeros aterrados pronto se dieron cuenta de que no tenían forma de escapar. El barco solo disponía de botes salvavidas suficientes para transportar a la mitad de las personas a bordo. Por si esto fuera poco, muchos de los botes se lanzaron antes de que estuvieran llenos. Solo unas 700 personas lograron subir a los botes salvavidas.

Carl Simon/United Archives/Universal Images Group via Getty Images 

La temperatura del mar era de 28 grados Fahrenheit, tan fría como un cubito de hielo. Hacía suficiente frío para matar a alguien en 15 minutos.

Camarotes de primera clase: La clave para sobrevivir 

Los pasajeros estaban divididos en tres clases: primera, segunda y tercera. Los de primera clase no solo tenían los mejores cuartos (abajo), sino también las mayores posibilidades de sobrevivir. Los camarotes de primera clase estaban situados en la parte superior del barco, cerca de los botes salvavidas. No había botes salvavidas cerca de los camarotes de tercera clase. Los pasajeros de las cubiertas inferiores tenían que encontrar el camino a través de un laberinto de escaleras para llegar a la parte superior del barco.

Godong/Universal Images Group via Getty Images

1. Basándote en el artículo, describe una decisión o acción que probablemente contribuyera a la tragedia.

2. ¿Por qué los pasajeros no se subieron de inmediato a los botes salvavidas del Titanic?

3. ¿Qué clase de pasajeros sufrió la mayor pérdida de vidas en la tragedia? ¿Por qué?