Soy inventora

Cassidy Crowley, de diez años, se encontró cara a cara con cinco tiburones. Pero no eran los animales que viven en el mar. Eran los inversores del programa de TV Shark Tank. Cassidy estaba allí para tratar de convencerlos de que invirtieran en su invento, el Baby Toon. Es una cuchara para bebés que también es un juguete para la dentición.

“Fue un momento surrealista—dijo—. Mi corazón iba a mil por hora”.

Cassidy se emocionó cuando uno de los tiburones, Lori Greiner, decidió apoyar su idea. Eso fue en 2019. Hoy, el Baby Toon se vende en línea y en miles de tiendas por todo EE. UU. y Canadá. Cassidy, que ahora tiene 15 años, quiere que otros niños sigan sus pasos para convertirse en inventores.

Estos son sus consejos.

El Baby Toon surgió como un proyecto para la feria de ciencias en 2016 en la ciudad de Cassidy, Honolulu, Hawái. La maestra de primer grado de Cassidy le pidió que pensara en un problema de la vida cotidiana y encontrara una solución.

Su hermana bebé, Emily, fue su inspiración. Solía meterse en la boca el mango de su cuchara de plástico para bebés. Su mamá temía que Emily se hiciera daño.

“Ese fue el momento ‘¡Ajá!’”, recuerda Cassidy.

Cassidy investigó sobre diferentes tipos de cucharas para bebés. Luego hizo bocetos de cómo podría ser una cuchara más segura. Con eso, hizo su primer prototipo con una cuchara de plástico, un juguete de baño y cinta aislante.

“Solo utilicé cosas a mi alrededor—explicó Cassidy—. Nada del otro mundo”.

Al tener un modelo sencillo de algo que podía sujetar con la mano fue fácil mejorar el diseño. Más adelante compró unas cuentas de plástico que podía modelar tras calentarlas.

Con ellas creó una cuchara con forma de elefante, y lo presentó en la feria de ciencias.

Cassidy contó con el apoyo continuo de sus padres. Cuando decidió convertir su proyecto de la feria de ciencias en un producto que pudiera vender, sabían que necesitarían ayuda.

El experto en diseño de productos Collin Kobayashi trabajó con Cassidy para mejorar su diseño. La cuchara necesitaba tener los bordes lisos y ser lo suficientemente blanda para no hacer daño a un bebé. Utilizaron una impresora 3D para hacer más prototipos. Kobayashi también ayudó a encontrar una fábrica que produjera el producto final con un material apto para bebés llamado silicona. 

Con la ayuda de Greiner de Shark Tank, la creación de Cassidy se convirtió en un gran negocio. Llegó a un acuerdo con una empresa de productos para bebés llamada Munchkin que vendería el Baby Toon.

El éxito de Cassidy no le vino de la noche a la mañana. Cassidy dibujó, imprimió en 3D y probó unas 50 versiones del Baby Toon. Se reunió con Kobayashi una vez a la semana durante más de un año para asegurarse de que el diseño quedara perfecto. Este largo proceso no siempre fue fácil, pero valió la pena.

“Habrá retos por el camino—dijo Cassidy—. Debes confiar en ti mismo”. 

1. ¿Qué problema resolvió la Baby Toon? ¿Cómo? 

2. ¿Qué es un prototipo y cómo crear uno ayudó a Cassidy?

3. ¿Qué decisiones tuvo que tomar Cassidy durante el proceso de invención?